SUBTITULAR HISTORIAS: EL ROL DEL TRADUCTOR AUDIOVISUAL

Graciela Cuello, traductora especialista en subtitulado, reflexiona sobre la actualidad y las tendencias del sector

 

La traducción audiovisual es una especialidad que combina precisión lingüística, sensibilidad cultural y capacidad técnica. Implica traducir no solo palabras, sino también emociones, intenciones, tonos y silencios, adaptando los contenidos a diferentes públicos sin perder su esencia original. Ya sea a través del subtitulado, el doblaje o la audiodescripción, este campo ha crecido enormemente en las últimas décadas, impulsado por el auge de las plataformas digitales y la demanda de accesibilidad. Pero también enfrenta desafíos: los cambios en la industria del cine, la estandarización, la presión de los plazos y, más recientemente, el impacto de la automatización. En este contexto cambiante, la experiencia y la mirada humana siguen siendo clave. Así lo expresa Graciela Cuello, traductora especializada en subtitulado, quien ha sido testigo de esta evolución desde los tiempos analógicos hasta la era de la inteligencia artificial.
 

Más de dos décadas subtitulando historias

La trayectoria de Graciela Cuello en el sector comenzó en una época en la que todo era analógico: videocaseteras, casetes y grabadoras eran recursos técnicos fundamentales. Corría 1999 y el trabajo consistía en ver y traducir desde equipos que hoy parecen reliquias. Desde entonces, ha construido un camino que combina la búsqueda constante con la capacidad de abrirse a nuevas oportunidades.
 Así ocurrió con una de las experiencias que marcaron su carrera: una recomendación casual la llevó a conocer a quien se convertiría en un socio clave en el ámbito audiovisual. “Un día esta persona me llamó y empezó a darme películas para traducir. Al principio era traducción plena, sin video, luego se fue perfeccionando. Más adelante, con su hermano, que ya tenía un estudio en Miami, todo se profesionalizó aún más. Es una relación que sigue hasta hoy y está basada en la confianza total y respeto por lo que hace el otro”, relató.
Ese vínculo marcó el inicio de una etapa que duró varios años, caracterizada por la entrega y la pasión. “Me generaba mucha adrenalina participar en estos proyectos. Era un espacio que me hacía feliz”, recordó. Aunque eventualmente ese cliente cerró su oficina en Los Ángeles, el aprendizaje y la experiencia dejaron una huella profunda. Así nació Connections, la empresa que actualmente lidera, donde ofrece servicios de traducción, subtitulado, subtitulado oculto y otros servicios audiovisuales.
 
 

Traducción audiovisual: contar historias para públicos diversos

Graciela se define como traductora audiovisual y destaca la importancia del trabajo en equipo. Explica que, en muchos casos, los traductores hacen todo, pero ella decidió especializarse y enfocarse exclusivamente en la traducción: “Dejo el subtitulado y el afinamiento técnico en otras manos. Mi ojo está en lo creativo”.
También remarca la importancia de una escucha atenta, incluso antes de involucrarse en los proyectos. “Cuando el cliente es local, hay que saber escuchar para entender qué quiere. Y cuando el encargo viene del exterior, suele llegar muy dirigido, con especificaciones claras sobre las características del público objetivo”, explicó.
 “Subtitular es mucho más que traducir palabras: es contar historias. Lo más lindo es saber que lo que uno traduce se va a compartir, va a llegar a otro público”, afirmó la titular de Connections. Reconoce, además, que “ese acto creativo no es neutral”, ya que implica tomar decisiones que respeten las diferencias culturales, idiomáticas y técnicas. “No es lo mismo traducir para Argentina que para otros países de Latinoamérica. Cada uno tiene sus modos y sus usos”, subrayó.
 Otra característica esencial de este trabajo es el respeto estricto de los acuerdos de confidencialidad, ya que muchas veces las productoras o distribuidoras tienen pautados anuncios oficiales, y si algo se filtra, puede peligrar la continuidad tanto del proyecto como del vínculo profesional. “Aunque uno tenga ganas de contar lo que está haciendo porque se siente feliz y orgulloso, debe mantener sí o sí esa confidencialidad”, advirtió.
 
 





Cine accesible: la posibilidad de llegar a todos los públicos

A lo largo de los años, Graciela también se acercó al universo del cine accesible. Esa apertura la llevó a colaborar con cineastas que filman documentales sobre personas ciegas o sordas, y a interiorizarse en aspectos técnicos y estéticos que no siempre se tienen en cuenta. “Ahí aprendí sobre el punto focal, la velocidad de lectura, el uso del color en pantalla. Son cosas que se nos escapan si no tenemos esa mirada. Porque en algún momento, todos podemos llegar a tener una discapacidad. Eso te enseña a tener una mirada más generosa y amplia”, destacó.
 Con esa experiencia, muchas veces fue ella quien propuso a directores o productoras incluir a esos públicos. “Muchas veces los estudios no quieren sumar subtítulos para sordos o audiodescripción. Pero eso amplía el público, lo incluye. Por ejemplo, si el suéter de la actriz es rosa pálido y la letra es clara, las personas con dificultades visuales no van a poder leerlo bien. Entonces hay que ajustar el color, el tamaño, la velocidad de lectura. La gente mayor, por ejemplo, no puede leer al mismo ritmo que alguien joven”, enfatizó.
 Esa tarea implica negociar, aprender y mantenerse al día con las tendencias. Por eso, suele participar activamente de congresos, pero también se involucra en otros espacios. “Hay que ir donde están quienes filman, los que usan cámaras nuevas. Aunque no esté directamente relacionado con lo que hago, necesito entender hacia dónde vamos. El hilo conductor es la curiosidad”, agregó.

 

Tendencias del sector: automatización y software especializado

Graciela resalta la importancia de contar con software específico, ya sea para subtitulado de cine, plataformas o subtitulado en vivo. “Las herramientas gratuitas no son malas, pero hay que saber invertir en software con licencias. Eso te pone en otro nivel, te conecta con quienes desarrollaron esas herramientas y, si tenés un problema, sabés que hay soporte”, aclaró. 
 En relación con la automatización, considera que si bien la tecnología avanza rápidamente, no todo lo que se automatiza puede reemplazar la creatividad humana. “Hoy en día, la inteligencia artificial está haciendo su entrada en la industria, pero hay algo que no puede hacer, que es entender el contexto. La máquina puede traducir palabras, pero no sabe lo que significan. A veces se pierde la esencia. En subtitulado, hay mucho de interpretación, de encontrar un punto medio entre lo literal y lo culturalmente apropiado”, remarcó.
 Otra tendencia que destaca es el crecimiento de las audiencias jóvenes. “Hoy mucho de lo audiovisual pasa por TikTok o por plataformas de streaming. Es un público marcado por la inmediatez”, agregó.
 
 


Anécdotas y desafíos: un sector donde la creatividad suma
Desde películas ganadoras del Oscar, la alfombra roja de premios de la música, hasta videos corporativos, pasando por tutoriales, videos educativos para sitios web y subtitulado en vivo, Graciela Cuello ha sabido moverse en un campo diverso que alterna lo técnico y lo creativo.
 Uno de los primeros trabajos en los que participó fue la traducción de Betty, la fea en su versión para cine. En cuanto a los desafíos, recuerda proyectos particularmente complejos: “Siempre es un desafío traducir chacareras, cuecas o tango al inglés u otro idioma. También hay escenas rurales que representan cuestiones culturales muy nuestras”.
 También participó en dos temporadas de la serie Spartacus, donde intentó plasmar el lenguaje palaciego de la época romana. Y tuvo varios retos con producciones chinas que venían traducidas del chino al inglés, hecho que dificultaba comprender la versión original. “Fue un equipo muy grande que requirió una estructura mayor con gente de cuatro países, y todos recuerdan esos meses hasta el día de hoy, creo que dormíamos cinco horas por día, se abría la oficina aquí los domingos a las 19 porque en Asia ya eran las 8 de la mañana. Allí resultó clave trabajar con una gerente de proyectos que conocía profundamente la cultura china, hizo investigaciones históricas y contaba con un glosario específico, ya que se trataba de un proyecto multilingüe”, explicó.
Entre las escenas memorables, Graciela destaca la traducción del musical Los miserables, que se solicitó en español de Castilla y de Latinoamérica. “Si bien no se pidió, trabajamos con las rimas, ya que musicalmente así estaba en inglés, y queríamos que también se percibiera al leerlo”, recordó.
Como cierre, la titular de Connections aconseja a quienes quieran adentrarse en el universo de la traducción audiovisual. “Que mantengan siempre intactas las ganas de aprender, la creatividad y la capacidad de trabajar en equipo. Siempre aparece el nombre del traductor que suscribe la película o la serie, pero atrás somos siempre tres personas con Diego y Sabina, con un ojo atento para mejorar lo que haga falta o se escapó. Debemos tener una mirada generosa, pensar en los diversos públicos y ser lo más abiertos y receptivos posible para que más personas puedan disfrutar de nuestro trabajo”, concluyó.

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