Este enfoque integral atraviesa todo el proceso de diseño de un sitio, desde lo visual hasta lo técnico y desde el lenguaje hasta la navegación.
La accesibilidad web no se trata solo de cumplir normas, sino de garantizar que todas las personas puedan navegar, entender y participar en igualdad de condiciones. ¿Qué rol juega la traducción en ese camino? ¿Y qué implica seguir los estándares internacionales? En esta nota exploraremos por qué una web verdaderamente accesible es también más humana, más clara y más universal.
Navegar sin barreras
Desde Rosario Traducciones venimos trabajando hace tiempo en torno a la accesibilidad en diferentes entornos. En tal sentido nos preguntamos: ¿qué implica realmente que una web sea accesible? ¿Alcanza con traducir los contenidos y agregar texto alternativo a las imágenes? ¿Cuál es el papel de la traducción en todo ese proceso?
La respuesta es clara: sabemos que todo eso no es suficiente. La accesibilidad requiere un enfoque integral que atraviesa todos los aspectos de un sitio, desde el diseño visual hasta la estructura técnica, desde el lenguaje que se elige hasta la forma en que se navega.
Por ejemplo, si una persona ciega quiere consultar el sitio web de una empresa: es muy probable que no utilice el mouse, sino que navegue con el teclado y se apoye en un lector de pantalla que le transmita en voz alta lo que aparece en la página. Allí se evidenciará que, si los botones están no correctamente etiquetados, si las imágenes no cuentan con una descripción precisa o si la información no está organizada de forma clara, esa persona no podrá acceder a los contenidos. O peor aún, ni siquiera sabrá que están ahí.
Este caso nos sirve para dar cuenta que una web verdaderamente accesible incluye, contempla, facilita. Y eso implica tener en cuenta todas las dimensiones que conforman la experiencia digital.
Diseño universal desde el inicio
La accesibilidad no se trata de “adaptar” después, sino de pensar desde el comienzo en todas las personas que van a usar el sitio. Colores con buen contraste, tipografías legibles, menús simples, subtítulos en los videos o compatibilidad con distintos dispositivos.
Pero también suma usar un lenguaje claro, directo y comprensible. Ahí es donde la traducción profesional cumple un rol clave: no solo traduce palabras, sino también la intención y el tono. Una traducción verdaderamente accesible es inclusiva, comprensible y respetuosa con la diversidad.
Siguiendo estándares internacionales
Para que un sitio web sea realmente accesible, es fundamental seguir las pautas internacionales conocidas como WCAG (Web Content Accessibility Guidelines), que se basan en cuatro principios clave: que el contenido sea perceptible, operable, comprensible y robusto.
Perceptibilidad: significa que la información debe poder ser detectada por todos los usuarios, incluso aquellos con discapacidades visuales o auditivas. Por ejemplo, incluir textos alternativos para imágenes o subtítulos en los videos.
Operabilidad: implica que la interfaz debe poder utilizarse de distintas maneras: con mouse, con teclado, o mediante tecnologías de asistencia. Los menús, botones y formularios deben ser accesibles y fáciles de navegar.
Comprensibilidad: se refiere a que tanto el contenido como la navegación deben ser claros y predecibles. Esto incluye el uso de un lenguaje simple, instrucciones precisas y una estructura lógica.
Robustez: quiere decir que el sitio debe estar desarrollado de forma tal que pueda ser interpretado correctamente por distintas tecnologías de asistencia, y seguir funcionando a medida que esas herramientas evolucionan. Es, en definitiva, lo que hace que una web accesible también sea sostenible y adaptable en el tiempo.
Incorporar estos principios no solo mejora la experiencia de quienes tienen alguna discapacidad: beneficia a todas las personas que interactúan con el sitio, haciendo que la información sea más clara, el diseño más intuitivo y la tecnología más eficiente.
Accesibilidad, traducción y compromiso
Lograr un sitio accesible es una tarea que involucra a muchas personas: diseñadores, programadores, editores y también traductores. Porque si los contenidos no se traducen teniendo en cuenta las necesidades de todos los públicos, se pierde parte del mensaje.
Desde Rosario Traducciones, creemos que la accesibilidad no es solo una obligación legal o una tarea más: es una forma de comunicarse con el mundo; una apuesta ética, profesional y humana.